¡Benvenido a Viena!
Viena representa una de las ciudades europeas más bellas; una metrópolis con un atractivo único. Asimismo, constituye una ciudad que ofrece una vasta oferta turística: ideal para una pareja en búsqueda de una estancia romántica y relajante; divertida para los jóvenes, con numerosas tiendas, centros comerciales y locales nocturnos; interesantísima para los interesados en una estancia exclusivamente cultural gracias a los innumerables monumentos y museos presentes en la ciudad; un alto en el viaje obligatorio e imperdible para los amantes de la música clásica y de Mozart. Pasear por las calles de Viena se traduce en una experiencia única: la belleza de los monumentos y la majestuosidad de los edificios hechizan y atraen al turista, al tiempo que sorprenden y dejan atónito al visitante la comodidad y eficacia de una de las ciudades europeas más modernas, con numerosas tiendas de lujo y centros comerciales, cafés y restaurantes a la moda. Una visita por las calles de Viena ayuda a conocer y a comprender la historia secular europea.
La fama a nivel internacional de la ciudad de Viena deriva del hecho de haber sido la capital de un imperio político y cultural coincidiendo con uno de los siglos más fascinantes de la historia. Esto precisamente ha contribuido a que la ciudad austríaca haya quedado grabada en el imaginario colectivo en una época y período específicos, de los que son testimonio directo precisamente las bellezas arquitectónicas, los palacios y edificios históricos y los parques, hoy día abiertos al público.
No obstante, la capital austríaca no ha sido solamente capital de la pompa, del lujo y de la nobleza austro-húngara. Su nombre está vinculado a personajes históricos conocidos universalmente (valga recordar que en Viena se encuentra la tumba de la Emperatriz Isabel, más conocida como “Sissí”), y acontecimientos que han cambiado el curso de la historia (como el Congreso de Viena de 1830).
Viena ha sido igualmente cuna de cultura y lugar de inspiración en el ámbito más profundo de las ideas y de los valores. Aquí nació y creció Freud, incluso a nivel profesional, ciudad que sirvió igualmente como fuente de inspiración para grandes músicos y compositores, tales como Mozart y Strauss, por citar tan sólo dos de ellos.